LA OCDE PIFIA EN SUS PREVISIONES DE PIB PARA ESPAÑA MAS QUE UN LEGO TOTAL EN ECONMIA
-Un análisis comparativo del 82 al 95 demuestra que alguien que se limite a pronosticar para el año próximo el mismo crecimiento que el del actual acierta más que los expertos de la OCDE
- Tienden a ser sospechosamente similares, seguramente porque resulta muy arriesgado separarse de la senda cmún.
- Las previsiones acostumbran a ser incorrectas, es decir, se producen diferencias sustanciales entre las previsiones y el crecimiento económico que finalmente presentan las áreas o países analizados.
- Existe una creencia generalizada sobre el hecho de que los acontecimientos que suceden en la actualidad se repetirán en el futuro. Una vez que se ha observado una regularidad se acostumbra a sostener que en el futuro ocurrirá una cosa similar.
- Las previsiones económicas acostumbran a ser muy cnservadoras, evitando asumir riesgos en el momento de efectuar diagnósticos sobre la evolución de la economía.
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Una persona completamente lega en economía que se limite a prever para el año siguiente un crecimiento económico igual al del ejercicio en curso se habría acercado más que los prestigiosos expertos de la OCDE en sus previsiones para España en el período 1982-1995.
Este es el sorpendente resultado de un estudio realizado por el economista de la Universidad de Barcelona Jordi Pons Novell y difundido en la "Revista de Economía Aplicada", una publicación especializada que dirige el profesor José Luis García Delgado, rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
El estudio, titulado "¿Pueden los economistas prever el crecimiento de la economía?", compara las predicciones realizadas para un horizonte temporal de 18 meses por el Ministerio de Economía, por la OCDE y mediane un "método ingenuo de predicción", consistente en estimar que la economía crecerá al año siguiente al que se realiza el pronóstico con el mismo ritmo que en el actual.
El resultado es que el lego en economía que se limite a seguir el método ingenuo acertaría más que la OCDE y en algunos ejercicios incluso más que el Ministerio de Economía español, de cuyas estimaciones se aparta globalmente muy poco.
El autor señala que las estimaciones de la OCDE son las que presentan "una capacidad predictivamenos satisfactoria", y recalca que "resulta sorprendente que no exista una ganancia en términos de una mejor predicción al emplear un complejo modelo econométrico por parte de la OCDE, en lugar de usar métodos de predicción sumamente sencillos".
"Como era de esperar", añade," las predicciones que presentan errores de predicción menos elevados son las oficiales del Ministerio de Economía y Hacienda", aunque sus resultados "no difieren excesivamente" de los obtenidos mediante el procedimiento ingenuo. "Por otra parte", agrega, "no deja de ser sorprendente que para los años 1984, 1992 y 1993 la predicción que más se aproxima a la realidad es la basada en el modelo ingenuo, puesto que es la que presenta, en valor absoluto, una diferencia más pequeña respecto al valor finalmente alcanzado por la tasa de crecimiento de la economía española".
ALGUNOS BUENOS CONSEJOS
El estudio analiza también las previsiones de la OCDE para los países del G-7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Rein Unido y Canadá), para llegar a la conclusión, al cotejarlas con lo que realmente ocurrió, de que estas predicciones, al igual que ocurre con las efectuadas con España, son "poco fiables".
Por esta razón, apunta que sería más aconsejable que los expertos formularan pronósticos sobre bandas o intervalos de posible crecimiento (augurar, por ejemplo, un aumento del PIB del 1,8 al 2,4 por cien, en lugar de un 2,1).
A su juicio, "el abanico definido por dos cantidades no tiene la exactitud y la elegania de una sola cifra, pero seguramente es mejor pagar este precio que acabar con unas previsiones totalmente desprestigiadas a las que nadie haga caso".
Previamente a la exposición de estas conclusiones de su investigación, el autor del estudio señala que un análisis de las previsiones económicas efectuadas tanto por la OCDE como por otros organismos pone de manifiesto cuatro características:
- Tienden a ser sospechosamente similares, seguramente porque resulta muy arriesgado separarse de la senda cmún.
- Las previsiones acostumbran a ser incorrectas, es decir, se producen diferencias sustanciales entre las previsiones y el crecimiento económico que finalmente presentan las áreas o países analizados.
- Existe una creencia generalizada sobre el hecho de que los acontecimientos que suceden en la actualidad se repetirán en el futuro. Una vez que se ha observado una regularidad se acostumbra a sostener que en el futuro ocurrirá una cosa similar.
- Las previsiones económicas acostumbran a ser muycnservadoras, evitando asumir riesgos en el momento de efectuar diagnósticos sobre la evolución de la economía.
El estudio de Jordi Pons demuestra que los expertos de la OCDE se equivocaron incluso en el pronóstico de la dirección que seguirá la economía, no ya sólo en su ritmo de variación, en las estimaciones que hicieron para los ejercicios de 1984, 1992 y 1993, en los que pronosticaron una aceleración del crecimiento y se produjo lo contrario.
En concreto, la previsión efectuada en diciembre d 1991 para el año 1993 auguraba una aceleración en todos los paises del G-7 y en España, pero finalmente eso sólo ocurrió en el Reino Unido y Canadá.
(SERVIMEDIA)
21 Jun 1998
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