Con este motivo, el Observatorio ha difundido una declaración institucional en la que indica que 38 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que llevamos de 2022. Carmona asegura que “el dolor que nos provoca cada una de estas muertes, así como cada uno de los casos que conocemos a través de las denuncias que llegan a los órganos judiciales, es para todos nosotros un revulsivo que nos reafirma en el compromiso de seguir trabajando con la vista puesta en un objetivo claro: Víctimas cero de violencia machista”.

Según la presidenta del Observatorio, los datos nos indican que “vamos en la dirección adecuada”, aunque con “mucho camino por recorrer”. Hasta el 30 de septiembre, indica, se han contabilizado en los Juzgados de Violencia sobre la Mujer más de 136.000 denuncias, más de 132.000 mujeres víctimas y, junto a ellas, 517 menores que estaban bajo su tutela. Todas estas personas, añade, son “nuestra razón de ser mientras caminamos hacia nuestro objetivo”.

En el vigésimo aniversario del Observatorio contra la Violencia de Género, se sigue trabajando en el análisis y estudio de la violencia machista, en el desarrollo de las herramientas y protocolos más adecuados y eficaces y en la mejora de la coordinación entre todas las instituciones.

“La colaboración leal, la coordinación y el intercambio de información son pilares básicos para el éxito de los protocolos contra la violencia sobre la mujer y para generar en las víctimas la necesaria confianza en las instituciones y darles la seguridad que necesitan para dar el difícil paso de denunciar a su agresor”, continúa la declaración.

Carmona se dirige a las víctimas para asegurarles que “estamos a su lado; que son una prioridad para las instituciones, que trabajamos en la lucha contra la violencia machista y que seguimos aprendiendo y mejorando día a día para ofrecerles la mejor atención y protección posibles”.

Además, hace un llamamiento a las instituciones y a la sociedad entera, porque la lucha contra la violencia de género “es cosa de todos, una responsabilidad compartida”. Y en ese sentido, asegura que tan importante es “el vecino que alerta en tiempo real sobre una situación de violencia en el piso de al lado como la actuación policial, judicial, sanitaria, asistencial y social o la producción legislativa. Cada uno desde su ámbito de responsabilidad”.

La presidenta del Observatorio concluye que la lucha contra la violencia sobre la mujer “no puede ni debe ser utilizada con fines políticos o partidistas, no puede ser ni moneda de cambio ni arma arrojadiza, como se puso de manifiesto hace apenas cinco años con la firma del Pacto de Estado por los grupos parlamentarios. Solo así, juntos, lograremos acabar con esta lacra”.