El atentado, perpetrado mediante una furgoneta bomba, causó heridas leves a dos agentes de la Guardia Civil y fue el primero que ETA cometió después de que la organización terrorista anunciara en junio la ruptura oficial del alto al fuego.

Con anterioridad, en diciembre de 2006, ETA había colocado una bomba en la T-4 de Barajas, cuya explosión causó la muerte de los ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio.