La constatación de este aumento s desprende, explicó Jiménez Becerril, de los numerosos estudios realizados por el Laboratorio Municipal del ayuntamiento.

Según el concejal, los métodos para exterminar a estos roedores son cada día más sofisticados y su presencia no debe alarmar a la población, ya que esta misma situación se produce en muchas ciudades europeas.

A juicio de Jiménez Becerril, en numerosas ocasiones son los propios ciudadanos quienes provocan el crecimiento de la población de estos animales, al arrojar la basura enlos descampados y no en los contenedores destinados específicamente a estos usos.