Así lo remarcaron en una nota ante el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo 2024 el obispo responsable de la Pastoral, Abilio Martínez Varea, y el director de este departamento, Antonio Javier Aranda López ante esta jornada que se conmemora el 28 de abril.

El documento, con el título ‘Comprometidos por la defensa de la vida en el trabajo, nos sentimos llamados a acompañar a las víctimas’, recuerda que “durante mucho tiempo venimos constatando cómo perdemos, cada día, entre dos y tres vidas en el trabajo”. “Cierto es, y nos alegramos por ello, que en 2023 hemos experimentado un descenso de estas negras cifras. Sin embargo, sigue resultando aterradora la cifra de 721 personas que perdieron la vida a causa de su trabajo”.

“La vida con mayúsculas se juega hoy día, también, en los puestos de trabajo de nuestras empresas. El Papa Francisco nos recuerda que ‘no son números, son personas’”, puede leerse en el documento.

“No podemos olvidar que hay personas que sufren secuelas físicas y psíquicas que les acompañarán ya toda su vida. Familias que se rompen tras la pérdida de uno de sus miembros, o el golpe repentino de una discapacidad, una incapacidad laboral de mayor o menor grado… en definitiva, por el sufrimiento de un mal sobrevenido en sus vidas por el simple hecho de salir a la calle cada mañana a ganarse la vida”, concluyeron, haciendo un llamamiento para promover la defensa de la vida en el trabajo: “Denunciando la pérdida de salud y de vidas, creando conciencia en la sociedad y en nuestras comunidades eclesiales, acompañando a las víctimas en el dolor y apoyando sus justas reivindicaciones”.