"El problema de la asignatura de Educación para la Ciudadanía es su obligatoriedad para todos los alumnos y para todos los centros", dijo Martínez Camino en un receso de la Jornada de Estudio sobre Educación para la Ciudadanía que celebra hoy la CEE en Madrid.

El portavoz de los obispos señaló que como el contenido de la citada asignatura "roza el campo de los principios de la formación moral y religiosa, el que sea obligatoria crea un problema si esos campos no están bien delitimitados".

"Si se tratara de explicar el sistema de leyes, el sistema constitucional o los modos de convivencia, sin entrar en cuestiones de principios, cuál es el bien y cuál es mal moral, entonces no habría problema", afirmó.

Sin embargo, Martínez Camino alertó de que "una asignatura que obligue a los padres a que sus hijos sean enseñados de acuerdo con principios morales y religiosos que ellos no comparten quiebra gravemente el sistema de libertad de conciencia, el sistema de libertad de enseñanza y hace que la vida pública en este caso concreto, la enseñanza, vaya por unos derroteros que no competen a la autoridad del Estado".

Por ello, el portavoz de los obispos destacó que si el Gobierno está dispuesto a negociar que esta asignatura sea alternativa a la de religión y, por tanto, no obligatoria, "se solucionarían muchos problemas".

"El Estado tiene que mantenerse neutral respecto de los ciudadanos y no puede imponer a los ciudadanos principios morales y religiosos, a través de ningún medio y menos por la educación", recalcó.

Finalmente, el portavoz de la CEE dijo que los padres que consideren que los contenidos de la asignatura de Edudación para la Ciudadanía van en contra de sus principios y convicciones morales deben defender ante las autoridades su derecho a educar a sus hijos según sus principios y convicciones.