La declaración "El aborto con píldora también es un crimen", aprobada hoy por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, enuncia los nuevos problemas éticos que acarrea la utilización de la RU-486, que causa un crimen que "no se perpetra con arma blanca, pero sí por medio de una química letal".

Tras la aprobación de una proposición no de Ley en la Comisión del Congreso por la que se insta al Gobierno a facilitar la aprobación de este fármaco, el Episcopado quiere denunciar su estupor ante la recomendación de este organismo.

En su opinión, este fármaco permite que el aborto sea ejecutado de un modo menos traumáticomás discreto, lo que podría acentuar la falsa impresión de que es un asunto privado que concierne en exclusiva a la madre y secundariamente al facultativo que la asiste.

"La píldora abortiva", añaden, "podrá camuflar el aborto, pero no despojarlo de su carácter de crimen, ni de las graves implicaciones sociales y públicas que todo crimen comparta".

Los obispos recuerdan a los médicos y al personal sanitario que en este caso también pueden declararse objetores de conciencia, "siendo aquí también an necesario como en el caso de aborto quirúrgico", pues, aunque su intervención pueda reducirse a la firma de una receta, seguirá tratándose de una cooperación directa en ese crimen.

En la última parte del texto, el Episcopado hace un llamamiento a respetar a los hijos y oponerse a "la cultura mortífera", que permite una legislación sobre el aborto "injusta", porque "deja sin tutelar la vida de los niños no nacidos".

Aclaran que su rechazo público no va contra las mujeres "tentadas a abortar" ane dificultades reales de su vida, sino contra quienes lo favorecen por medio de medidas legislativas o administrativas que dejan desprotegida la vida de los no nacidos.