Pese a esta advertencia, el sacerdote justificó su decisión en la necesidad de mejorar la gestión municipal y dotar de servicios a las aleas abandonadas por el equipo de gobierno actual.

Xulio Rodríguez, que asegura sentir la obligación moral de aspirar a la presidencia de la corporación municipal, señaló que el obispo ya le había prohibido anteriormente participar en política, "pero creo que tengo un deber moral, una conciencia que me hace estar por encima de la ley positiva, de la ley hecha por los hombres".

Por su parte, monseñor Diéguez Reboredo declaró hoy a Televisión de Galicia que la función pastoral es incompatible con lapolítica, "porque al militar en un partido determinado, automáticamente crea una división en la comunidad parroquial, y él tiene que ser sacerdote de toda la comunidad y no sólo de una parte".