Monseñor Gea, que mostró su "extrañeza y perplejidad" por las palabras del presidente del PNV acerca de que si el nuevo prelado bilbaino no es vasco su partido lo interpretaría como una decisión política y reaccionaría en consecuencia.

"Siempr que los puntos de vista de la Iglesia no coinciden con los de un determinado grupo de poder, se interpreta la acción de la Iglesia como una acción política, y se le acusa de colaboracionista o de reaccionaria", señaló Gea.

"Dejen que nombre los obispos quien debe nombrarlos", dijo el prelado de Mondoñedo-Ferrol, "y vean en el nuevo obispo un punto de unidad en la verdad del Evangalio y en la vivencia de la caridad, que buena falta nos hace eso, tanto en el País Vasco como en otras regiones".

CADA CAL LO SUYO

Tras aclarar que no acostumbra a intervenir en este tipo de polémicas, pero que se siente afectado como miembro de la Iglesia y como obispo, declaró que no sabe "cómo orientarán al Papa sus consejeros en el nombramiento del obispo de Bilbao, pero sería un empobrecimiento de la Iglesia nombrar siempre a los obispos de una misma región".

"Los intereses y problemas de la Iglesia en Bilbao no son los del PNV, por muy dignos que éstos sean", comentó Gea, "y me parece que bastante trabajo tinen en el campo político sin que tengan que entrar en un campo que no es el suyo".

En su opinión, "hay muchos vascos que no piensan como Arzalluz y que creen que el mejor servicio que se le puede hacer a una diócesis no es enviarle un obispo de la misma región, sino una persona capacitada para predicar el Evangelio".

La misión del futuro prelado de Bilbao será "santificar a los fieles que se encomiendan, unirlos en la verdad y en la caridad, y para eso tanto da que sea de la región como de cualquer otra parte".