Los investigadores hicieron un seguimiento hasta el año 1994, de 10.276 personas que tenían entre 40 y 45 años a finales de la década de los sesenta. Uno de cada diez eran obesos y uno de cada tres tenía sobrepeso.

Según los autores del estudio, las mujeres que tenían obesidad entre los 40 y los 45 años, mostraron el doble de posibilidades de desarrollar demencia posteriormente, que los hombres. Entre los hombres con obesidad a esas edades, el riesgo era un 35% superior con respecto a los que no tenían problemas de peso.

En los casos de sobrepeso, el riesgo de desarrollar la enfermedad mental se incrementaba en un 55% para las féminas, y tan sólo el 16% para los varones.

Los investigadores también tuvieron en cuenta el grosor de la piel en el pliegue del codo, otro indicador del sobrepeso. La posibilidad de desarrollar demencia se incrementaba entre un 60% y un 70% , en aquellos con valores mas elevados en esta medición.

Del análisis de estos datos, los autores concluyen que la obesidad podría tener un efecto directo en la degradación de la neuronas del cerebro.