Según el informe, esta enfermedad cuesta al Reino Unido más de 2 millones de lbras anualmente (unos 550.000 millones de pesetas). Más del 85 por ciento de estos costes están asociados con la falta de productividad debida al desempleo.

Las personas con trastorno bipolar sufren cambios severos en el estado de ánimo, oscilando entre depresión mayor y manía. La fase depresiva está caracterizada por tristeza, incapacidad para sentir placer y pérdida de interés por la vida, acompañado por pensamientos negativos (desesperanza, pesimismo, culpa) y alteraciones neurovegetativas (insomni o hipersomnia, disminución o ganancia de peso, pérdida o aumento de apetito y fatiga).

Además, entre el 25 y el 50 por ciento de estas personas sufren intentos de suicidio y entre el 10 y el 15 por ciento mueren por esta causa, según el informe realizado por Catalyst, una consultora de salud y economía.

Hasta ahora, los antipsicóticos convencionales han sido una de las formas más comunes de medicación para este trastorno. Sin embargo, estos fármacos tienen fuertes efectos secundarios. Dos estudis realizados sobre un total de 156 pacientes mostraron que "Risperdal", el primer antipsicótico "atípico" aprobado en Europa (España, Portugal, República Checa e Irlanda), junto a otros estabilizadores del ánimo, funcionó de manera efectiva para estos pacientes de trastorno bipolar.

Los pacientes que tomaron estos dos fármacos consiguieron una reducción de los síntomas en al menos un 50 por ciento, en comparación a los que únicamente tomaban los estabilizadores. "Risperdal" fue bien tolerado en genera por todos los pacientes.

Este fármaco es empleado normalmente para el tratamiento de la esquizofrenia y otras psicosis, cuando se presentan síntomas positivos (alucinaciones e ilusiones) y negativos (retiro social y emocional).