"La vida religiosa de España está llamada al candelero, como la luz, no a situarse debajo del celemín en una falsa humildad negadora", dijo Fernández Barrajón en su discurso de clausura de la XII Asamblea General de la CONFER, que se celebra en Madrid desde el pasado lunes.

Según dijo, "los consagrados de España queremos apostar por la comunión íntima y profunda con nuestros pastores", pero apuntó que "esa comunión no puede convertirse en uniformidad" pues "queremos vivir y ofrecer nuestros carismas como una riqueza que podemos aportar a la Iglesia".

El recién elegido presidente de CONFER destacó, también, la importancia de los laicos, "nuestros hermanos que comparten con nosotros nuestros mismos carismas", e invitó a trabajar "para que la mujer ocupe el espacio ancho y solemne que le corresponde en la Iglesia y que no siempre les hemos dejado ocupar".

En otro momento de su intervención, el religioso mercedario animó a las comunidades religiosas de España a convertirse "en espacio de Dios" y a "ser una voz de los que no tienen y acompañar los dolores y sufrimientos de los pobres".

"La vida religiosa tiene una hermosa historia que contar y una gloriosa historia que construir", señaló Fernández Barrajón, quien concluyó que "la vida religiosa no está en crisis mientras haya consagrados dispuestos a serlo".