El rcién nombrado jefe de Estado Mayor del Aire, teniente general Ignacio Manuel Quintana Arévalo, no pudo contener la emoción al agradecer "a mami y a mis hijos" su apoyo durante sus 45 años de servicio al Ejército.

La voz del teniente general perdió su aplomo al referirse a su familia. En el momento de la cuminación de su carrera militar no pudo evitar que se le humedecieran los ojos al recordar que ellos "siempre han estado a mi lado o detrás con la casa a cuestas".

El general Quintana reiteró su ntusiasmo al hacerse cargo de esta nueva responsabilidad y pasó revista a su vida profesional desde que "fui soldado del Ejército del Aire cuando era joven y valiente capitán, hoy, ni joven, ni capitán, ni valiente ante la dura batalla que me espera".

Pidió por ello la colaboración de todos los que están a su mando para afrontar las dificultades que se avecinan y se mostró dispuesto a asumir su nueva responsabilidad gracias a que sigue "siendo, como siempre, de fibra de maleta, bien es cierto que cadadía que pasa menos fibra y más maleta".

La maratoniana jornada de toma de posesión de los nuevos jefes de Estado Mayor sirvió también al ministro de Defensa, Julián García Vargas, para agradecer a las esposas de los mandos salientes su dedicación y su entrega.

Las nombró a cada una por su nombre e hizo una referencia afectuosa a su función como esposas de militares que "aguantan las ausencias y apoyan" a sus maridos.

La apretada jornada de actos prevista para hoy impidió a la prensa tener uncontacto más directo con los nuevos jefes de Estado Mayor y provocó una persecución de la comitiva por todo Madrid para conseguir unas declaraciones del ministro de Defensa sobre el posible envío de tropas españolas a Bosnia.

La respuesta de los asesores de prensa del ministro fue en cada cuartel general: "No puede hacer declaraciones porque no llega al siguiente acto. A ver si al final del próximo hay un hueco".

La mañana comenzó a las nueve y media en el Palacio de la Moncloa, donde los tres nuvos mandos del Ejército juraron sus cargos ante la presencia del presidente, Felipe González; del vicepresidente, Narcís Serra, y de los ministros de Defensa, Julián García Vargas; de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, y de Educación, Gustavo Suárez Pertierra.

A las diez y media la comitiva se trasladó al Cuartel General del Ejército del Aire. Tres cuartos de hora después se encontraban en el Cuartel General del Ejército de Tierra y media hora más tarde en el Cuartel General de la Armada. La mañna terminó con una visita a La Zarzuela para presentar respetos al Rey.