El hospital construido con fondos uropeos debería haber cambiado esa situación y haber sentado nuevas estrategias para la sanidad en los campos de Rafah, Khan Younis y Deir al-Balah. Sin embargo, las discusiones sobre quién debería pagar su mantenimiento y los sueldos han atrasado su inauguración.

Inicialmente, el hospital contó con fondos de la Agencia de Naciones Unidas para la Ayuda y Trabajos para los refugiados palestinos (UNRWA), que pronto se acabaron. La UE decidió entonces responsabilizarse del proyecto, ante la negativa de l Autoridad Palestina.

En estos momentos, la UE ha nombrado a un equipo que se encargará de la gestión del centro, en el que trabajarán alrededor de 800 empleados. A partir de julio se admitirán pacientes externos y desde octubre a internos, para pasar a ser completamente operativo a principios del próximo año.