Esta modificación, que comenzó a tramitarse en octubre del año pasado, cuando el Consejo de Ministros remitió a las Cortes el proyecto de ley, entrará en vigor después de ser sancionada por el Rey y su publicación en el Boletín Oficial del Estado, ajustándose así al nuevo panorama tecnológico y a la normativa comunitaria.

Los servicios finales de telecomunicación de telefoníabásica, télex y telegrama sólo podrán prestarse en régimen de exclusividad. El resto, que hasta ahora tenían la misma consideración, pasan a definirse como servicios de valor añadido, por lo que, a partir de enero de 1993 tendrán un régimen abierto a la iniciativa privada.

Dentro de dos meses escasos, cualquier prestador de estos servicios que cumpla un mínimo de requisitos podrá obtener la correspondiente concesión administrativa, aunque tendrán que utilizar los servicios portadores de las redes públcas.

También se liberaliza en la nueva LOT la participación extranjera en el capital de los operadores de servicios finales y portadores, siempre que no exceda del 25 por ciento. Para cantidades superiores será necesaria una autorización expresa del Consejo de Ministros.

La única excepción a esta nueva configuración del sector de las telecomunicaciones será la telefonía móvil automática, que mantendrá su anterior carácter hasta finales de diciembre del año próximo.

A partir de ahora, la LOT abilita a las comunidades autónomas para disponer de sus propias redes para los usos de interés público que señala la ley, es decir, seguridad ciudadana, carreteras y protección civil, entre otros, en los casos en que dispongan de competencias.