El pleno de la Cámara Baja aprobó hoy la Ley de Coopoeración Internacional para el Desarrollo con un amplio consenso, que sólo se rompió en la votación de la enmienda que pretendía que la dirección de la AOD no recayera explícitamente sobre Exterires.

La enmienda, presentada por el PP, fue rechazada por diez votos de diferencia, al no contar con el apoyo de CiU, aunque sí logró el respaldo de PNV y Coalición Canaria.

De esta forma, la nueva ley delega en el Ministerio de Exteriores, no sólo la responsabilidad de las políticas de cooperación, sino su dirección y gestión.

Según el diputado del PP Pablo Izquierdo, está fórmula puede acarrear el futuro problemas de interpretación jurídica, al argumentar que la dirección de la política exerior compete al Gobierno, no a un ministerio determinado.

CREDITOS FAD

Sin embargo, Luis Recoder, de CiU, contrargumentó que el real decreto de agosto de 1996 que regula la estructura orgánica básica del Ministerio de Asuntos Exteriores atribuye a Exteriores la dirección y ejecución de la política exterior, por lo que se mostró convencido de que la nueva ley de cooperación contraviene los preceptos constitucionales.

El otro punto controvertido de la nueva norma, los créditos FAD (Fondos de Ayua al Desarrollo), logró finalmente un mayor grado de consenso.

Los créditos FAD serán cogestionados por los ministerios que los impulsen, fundamentalmente los de Economía y Asuntos Exteriores, situación que no gusta a las ONGs de cooperación, que ven en los FAD un mecanismo de ayuda que prioriza los criterios mercantilistas sobre los de desarrollo.