Las calles de la capital grancanaria vivieron ayer, jueves, un espectacular despliegue policial para trasladar al etarra hasta el juzgado, donde debía celebrarse la boda.

Fuerzas del Gupo de Operaciones Especiales (GOES), de la Guardia Civil, tomaron las calles colindantes al juzgado, encapuchados y fuertemente armados. La fuerza pública llegó, incluso, a cortar la calle durante unos minutos, impidiendo el tránsito de cualquier persona o vehículo.

La novia, María del Rosario, y el resto de familiares procedentes de San Sebastián, amenazaron a los policías presentes, con mensajes como "os vais a enterar", agregando que tenían formas de averiguar quiénes eran y dónde podían localizares.

Ante el tono de los improperios y las amenazas, los agentes presentaron una denuncia por insultos y amenazas contra las Fuerzas de Orden Público.

Tras entrar en las instalaciones del juzgado, el juez ordenó a los funcionarios que quitaran las esposas al novio, quien una vez liberado, reclamó que no estaba contento con el trato que recibía y, además, exigió mantener un vis a vis de cuatro horas con su novia.

Como el Ministerio del Interior ha cursado una orden en la que prohibe esa clase e contactos, Joseba Cortadi se negó a casarse, regresando de nuevo a la prisión.

Entre las acciones por las que el terrorista está condenado, figuran el asesinato de un oficial del Ejército jubilado, a quien Cortadi disparó un balazo de pistola en la sién y luego remató con otros tres tiros más cuando agonizaba en el suelo.

Según informaron a Servimedia fuentes de ese recinto penitenciario canario, sus directivos consideran a Cortadi uno de los presos etarras más peligrosos, que protagonizó ademá un intento de fuga.