Así lo pone de manifiesto en un informe titulado "Estudio Económico Mundial, 1992", en el que señala que el moderado crecimiento de la economía mundial previsto para este año puede verse comprometido si se producen situaciones inesperadas con graves consecuencias negativas.

Para 1992, la ONU prevé un aumento del PIB mundial no superior al 1 por ciento, recuperándose a un mayor ritmo en 1993, año en que la previsión de crecimiento de la economía mndial será del 3 por ciento. Las economías de los países desarrollados aumentarán casi un 2 por ciento este año, mientras la inflación seguirá distendiéndose en América del Norte y aumentará ligeramente en Europa.

El estudio de la ONU examina la situación económica mundial y la evolución de la economía en los distintos países en 1991 y resalta que el escaso crecimiento de la economía el año pasado ha tenido consecuencias graves en todo el mundo, que se han traducido en un deterioro de las condiciones conómicas y sociales.

La ONU apoya el esfuerzo que harán la mayoría de los países a medio plazo para reducir sus déficits presupuestarios, pero insiste también en la necesidad de incentivar la inversión privada reduciendo los impuestos.

Esta organización mundial calcula que si Alemania, Japón y Estados Unidos llevaran a cabo cada uno una reducción del 50 por ciento de sus déficits presupuestarios y los Estados Unidos aplicaran un 10 por ciento de descuento impositivo por inversiones para incentivr la inversión privada, la inversión mundial sería 200.000 millones de dólares mayor que si no se aplica esta estrategia.

Añade que si parte del gasto público adicional se destinara a la transferencia de recursos para un grupo de países en desarrollo con pocos ingresos y para los países que están estableciendo economías de mercado, "todos los países participantes saldrían beneficiados".

EMPLEO Y DEFICIT

Las previsiones económicas de la ONU para este año en el conjunto de países industrializadosson un crecimiento económico de un 2 por ciento y una tasa de desempleo del 7 por ciento, mientras que la inflación será contenida y los déficits presupuestarios disminuirán "drásticamente".

En las economías de transición, es decir, los países que están estableciendo economías de mercado, como es el caso de la CEI (Comunidad de Estados Independientes) y otros países, la ONU prevé un descenso de la producción económica del 12 por ciento este año y menor en 1993.

La ONU advierte que el proceso de tansformación económica de estos países provocará inevitablemente a corto plazo un aumento del desempleo. Esta organización mundial aconseja que para poner realmente en práctica la reforma económica comiencen este año "sin rodeos" a privatizar la propiedad del Estado.

En el caso de los países en desarrollo, cuyas economías crecieron en 1991 un 3,4 por ciento, similar a los dos años anteriores, la ONU destaca el problema de la deuda, que en América Latina y el Caribe "parece ser más manejable".

En frica, la producción aumentó sólo un 3 por ciento en 1991, menos que el crecimiento de la población, lo que hace, según el estudio, que 34 millones de personas sigan amenazadas por el hambre, de las que más de la mitad se encuentran en Etiopía, Sudán y Somalia.

Respecto a los cambios políticos que se están dando en Sudáfrica, la ONU considera que cambiarán el papel de este país en el continente y que es probable que se convierta en el centro financiero de Africa en el futuro.

MEDIO AMBIENTE Y DEUDA El informe de la ONU analiza también el comportamiento del comercio mundial y su relación con el medio ambiente y destaca que algunos países, fundamentalmente los que tienen bajos niveles de ingresos, consideran más importante el crecimiento que el medio ambiente.

Además, los responsables de la ONU entienden que uno de los "principales peligros" para el sistema de intercambio en el mundo es "el uso de la protección del medio ambiente como pantalla de la protección comercial".

Respecto a la siuación financiera mundial, la ONU afirma que ha mejorado radicalmente y resalta que los países industrializados transfirieron en 1991 alrededor de 25.000 millones de dólares a las economías en desarrollo y en transición, mil millones más que el año anterior.

Valora positivamente la intensificación de la asistencia oficial para el desarrollo en 1990 y 1991, fundamentalmente gracias a los subsidios otorgados a los países afectados gravemente por la Guerra del Golfo Pérsico. Sin embargo, cree que las perpectivas para los años venideros "no son alentadoras" y que estos subsidios irán descendiendo cuando disminuya la crisis.

El estudio de la ONU resalta especialmente el problema de la deuda. Aunque asegura que ha mejorado, insiste en que muchos países fuertemente endeudados no podrán deshacerse de ella sin ayuda del "sobreendeudamiento", por lo que señala que es preciso condonar parte de la deuda.

También se refiere a los gastos militares y a lo que se puede esperar de los llamados "dividendos de a paz", que, a juicio de la ONU, "han desaparecido del horizonte, fueron malgastados en disputas presupuestarias en occidente y fueron devorados por el caos económico de la ex Unión Soviética".

La ONU se pregunta qué ocurrirá en EE.UU. con la reducción del presupuesto militar y su repercusión en el empleo. En su opinión, "en una situación económica saludable, se debería poder absorber en una medida razonable a los trabajadores del sector de la defensa".

Finalmente, el estudio de la ONU trata el sctor energético y pronostica que el precio del petróleo será de 15 dólares por barril tanto en 1992 como en 1993. Explica que una caída de su precio dependerá de la cantidad y el momento en que Irak y Kuwait vuelvan a exportar petróleo, del ritmo de recuperación de la economía mundial, del volumen de producción de petróleo de la ex Unión Soviética y de la ampliación de la capacidad de producción de los países de la OPEP.