Jake Smith nació en el hospital de Watford de la localidad británica de Herts en mayo de 1999, y aunque vive en el domicilio familiar precisa atención las veinticuatro horas. El bebé sufrió una grave hemorragia cerebral debido al uso de forceps durante el parto, que le causó una lesión severa.

El juez también ha considerado que existió negligencia por parte del ginecólogo que atendía a Abigail Smith, la madre del niño.

El especialista había negado su responsabilidad en el caso, alegando que el bebé debía sufrir algún tipo de problema de coagulación, que fue la causa de sus lesiones.