Para ello, Nike ha estudiado las instalaciones de cuatro de sus proveedores en China y Vietnam, con el fin de averiguar la cantidad de energía consumida en cada una de sus plantas y los procesos con mayor gasto energético, y diseñar métodos para ahorrar y optimizar al máximo el uso de la energía.

Dicha investigación ha concluido que el uso de energía y las oportunidades de ahorro son muy diferentes entre unas y otras fábricas y que no existe un método único para lograr reducir el consumo energético.

Los autores del trabajo han subrayado la complejidad del tema y han elaborado un plan de medidas para el ahorro, que Nike espera empezar a aplicar de forma experimental este verano, a través de un programa piloto en una de las factorías que subcontrata, que después se ampliará a otras de las principales plantas de sus empresas proveedoras.