Así, durante el ejercicio pasado el Santander gestionó 28.000 millones de euros en concepto de banca privada, que comprende un servicio especializado de inversión para aquellos clientes con un patrimonio que suele superar los 500.000 euros.

Esta división cuenta en España con más 20.800 clientes que se agrupan en 10.500 grupos familiares, cuyo patrimonio medio asciende a 2,7 millones de euros.

Según los cálculos del responsable de Banca Privada del Santander, un cliente de este servicio es "dos veces más rentable" que cualquier otro cliente, si bien también también requiere más atención y, por tanto, más coste.

El Santander ha orientado su departamento de banca privada al asesoramiento individualizado a sus clientes sobre inversiones, "aprovechando las sinergias del grupo, pero especializándose aún más", indicó Ridaura.

Para ello, el banco que preside Emilio Botín cuenta con 2.800 oficinas de banca privada "que crecerán al ritmo que crezcan los nuevos clientes" de este servicio.

Uno de los productos estrella al que recurren los usuarios de banca privada es el sector inmobiliario como inversión. "Los clientes demandan cada vez más un producto inmobiliario y diversificado. Hay una muy buena oportunidad en este campo", señaló Ridaura.

No obstante, pese al auge del sector en España, los clientes están reclamando cada vez más una inversión en inmuebles diversificada y referenciada a la Unión Europea.