La pequeña, a pesar de haber sido prematura, se encuentra en perfecto estado en un hospital de la localidad inglesa de Sheffield, según informaciones difundidas por la CNN.

Los padres de la niña habían planeado tener descendientes antes de que él contrajera una meningiti mortal. Durante la fase final del mal, y estando ya en coma, los médicos extrajeron al padre -por solicitud expresa de su esposa- una muestra de esperma.

Esta decisión por parte de la esposa le ha llevado a librar una auténtica batalla legal para poder realizar su sueño, ya que el esperma fue extraído sin la autorización del padre. En febrero de 1997, la madre ganó el derecho legal para enviar el esperma de su marido muerto a Bélgica y someterse a un tratamiento de fertilización. En junio de este año la británica anunció a la prensa que estaba embarazada.