Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en España hay 750.000 afectados por este fenómno y su tratamiento sanitario cuesta al erario público más de mil millones de pesetas anuales, agregó Sánchez.

"En su mayoría", explicó, "son empleados que se ven presionados y marginados por sus jefes hasta el abandono del empleo sin argumentos profesionales objetivos, lo que les lleva a depresiones e incluso se han dado casos de suicidios".

El principal reto que se marca la nueva federación es pedir a los grupos parlamentarios y al Gobierno que se apruebe una ley específica contra el acoso psiclógico en el trabajo, similar a las que existen en Suecia y Suiza o la que se estudia en Italia.

"Lo que dice el Estatuto de los Trabajadores o el Código Penal no basta. Hay que dejar bien claro el marco regulador de este problema y para ello hace falta una ley", manifestó Sánchez.

La asociación, cuyo germen está en la asociación vasca La Caracola, se iba a llamar inicialmente SOS Acoso-Mobbing, pero sus promotores acordaron finalmente el nombre de Federación contra el Acoso Moral en el Trabajo pra que llegue más a las personas que se sientan víctimas de persecuciones laborales de esta naturaleza.