Esta nueva organización es fruto de la unión de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Confederación Mundial del Trabajo, a la que se sumarán "un significativo número de sindicatos democráticos y representativos que anteriormente no tenían ninguna afiliación internacional", explica CCOO.

Este sindicato considera que se trata de "una auténtica refundación del movimiento sindical internacional y no sólo una mera fusión de organizaciones".

La nueva central (CSI) pretende "dar respuesta a los principales retos sin renunciar a su experiencia histórica", según CCOO.

Así, asume "la tarea de combatir la pobreza, el hambre, la explotación, la opresión y la desigualdad mediante acciones internacionales impuestas por la economía globalizada".