Miguel Moreno, director del Museo Tiflológico, animó al público vidente e invidente que asistió anoche a la inauguración de la exposición a aprender a "tocar el arte" y captar la sensibilidad de las obras a través del tacto.

Matías Quetglas, que inició su trayectoria artística como intor, ha esculpido en bronce los temas que antes había desarrollado en sus cuadros y que ahora componen las piezas de esta exposición.

La escultura se configura como el terreno más adecuado para explorar, conocer y disfrutar el hecho artístico que, traducido en tres dimensiones, ofrece una lectura complementaria de mensajes perceptibles a través de diferentes sentidos, mensaje último que el museo quiere transmitir al público.

Los visitantes de la exposición tendrán la ocasión de tocar las obras el artista, que aborda desde temas de origen religioso hasta una nueva reinterpretación de los clásicos.

En la obra merece mención especial el tratamiento que recibe el tema de las cabezas, entre las que destaca una de gran tamaño tallada en madera de fresno que recuerda a los viejos dioses uranios.

"Yo he aprendido que las manos de un escultor ven menos que los diez ojos de un ciego", comentó el artista tras pedirle a Miguel Moreno que verificara con sus dedos que las obras podían transmitir su uerza a personas invidentes.

La exposición de Matías Quetglas se incluye dentro de las actividades que a lo largo de este año desarrolla el Museo Tiflológico de la ONCE, centradas de forma especial en las muestras de escultura, con el fin de ofrecer a sus usuarios una panorámica de las distintas tendencias por las que se mueven los creadores españoles.