En 1991 se celebraron en España 15.553 espectáculos taurinos, que demandaron 33.335 animales de todas las edades, de los que 6.168 eran toros de cuatro años y 2.653 novillos.

Lasdiputaciones, los ayuntamientos y las comunidades autónomas son dueñas del 65 por ciento de las 330 plazas de toros que existen en el país y su explotación se concede por concurso público.

Según Antonio Borregón, la organización de una temporada taurina en cualquiera de las dos grandes plazas del país -Las Ventas (Madrid) o La Maestranza (Sevilla)- puede costar unos 1.000 millones de pesetas.

El experto recomienda un esmerado cuidado en la conservación de la raza del toro de lidia, de cuya purezaresponde el Libro Genealógico, en el que a finales de 1991 figuraban 91.000 sementales y vacas de reproducción, pertenecientes a 240 ganaderías españolas y 22 portuguesas.

El precio de un toro de cuatro años oscila entre 500.000 y dos millones y medio de pesetas, aunque si es defectuoso y se destina a festejos locales no supera las 300.000 pesetas.

El informe asegura que una ganadería de tamaño medio tiene que contar con, al menos, 390 animales, para conseguir alrededor de 24 toros. Considerando as inversiones que realiza el ganadero, un toro cuatreño tiene un coste que oscila entre las 200.000 y las 500.000 pesetas.

TIERRAS MAS BARATAS

La producción del toro de lidia en España se concentra en Andalucía, Castilla y León, Extremadura, Castilla-La Mancha y Madrid. Las reses bravas necesitan grandes fincas, de entre 400 a 600 hectáreas, porque son animales muy rústicos que no soportan los espacios cerrados y limitados.

El informe asegura que el encarecimiento de la tierra ha provocado quealgunas ganaderías de reses bravas se trasladaran a las zonas más baratas, como Extremadura, donde la hectárea de tierra todavía se puede encontrar a 25.000 pesetas.

En una provincia con gran tradición ganadera como es Salamanca no se encuentra una hectárea de dehesa por menos de un millón de pesetas.

En cuanto a los toreros, el informe señala que las grandes figuras pueden llegar a cobrar de 2 a 15 millones de pesetas, cifra a la que han llegado Curro Romero y Espartaco en La Maestranza de Sevila.

El éxito en una corrida puede disparar el caché de una figura, por lo que es imposible establecer salarios fijos, incluso para los novilleros. En cambio, los rejoneadores no superan el millón de pesetas por corrida, a pesar de que tienen más gastos fijos por el mantenimiento de la cuadra.

Por su parte, los matadores tienen unos gastos ineludibles. El pago a la cuadrilla supera las 400.000 pesetas por corrida y la renovación del vestuario de la temporada significa hacer frente a varios millonesde pesetas. Sólo un traje sencillo supera las 300.000 pesetas.

El apoderado o representante suele llevarse del 10 al 15 por ciento de sus ingresos, mientras que picadores y banderilleros cobran un sueldo estipulado por convenio.

OFICINA DE ATENCION AL CONSUMIDOR

El estudio señala que el público suele elegir el espectáculo en función del torero y no del toro, salvo en las corridas que concurren hierros muy característicos, como los "miuras" y los "vitorinos". "En resumen", añade, "desde el puntode vista económico y a grandes rasgos, el público demanda toreros y éstos imponen el toro".

Los aficionados no pueden exigir sus derechos si se sienten estafados, una vez concluida la fiesta. Sólo la plaza de toros de Aranjuez (Madrid) cuenta con una oficina de atención al consumidor, que recoge las denuncias el día de la corrida de la Fiesta Mayor.

Los ganaderos españoles están organizados en cuatro asociaciones: Unión de Criadores de Toros de Lidia, Asociación Nacional de Ganaderías de Lidia, Gnaderos de Lidia Unidos y Agrupación Española de Reses Bravas.

La Unión de Criadores de Toros de Lidia mantiene una hegemonía en este sector porque fue la primera que se formó a comienzos de siglo y, además, durante el sindicalismo vertical consiguió que las autoridades dividieran las ganaderías en dos grupos y reconocieran su supremacía.

"Mientras que el grupo I (formado por las ganaderías de la Unión) lidiaba por decreto las corridas de toros y novilladas con picadores, al grupo II (integrado pr las de la asociación) lo limitaron a los festejos sin picadores".

A partir de 1978 el libre mercado igualó las oportunidades y la asociación se afianzó en el mercado de las novilladas con picadores (el 34 por ciento en 1991), mientras que sigue encontrando dificultades para lidiar corridas de toros.