Estos datos, recogidos en un informe publicado en el diario británico "The Independent", señalan que, lejos de hundirse con el final de su matrimonio, las mujeres son más proclives que los hombres a ver la ruptura conyugal como un nuevo y "refrescante" comienzo. Por su parte, los ex maridos tienen más posibilidades de arrastrar problemas de estrés y depresión.

El 53% de las mujeres divorciadas en los últimos dos años aseguraron "haber revivido" tras la ruptura, frente al 46% de los hombres en la misma situación. Además, cuatro de cada diez mujeres dijeron "sentirse liberadas", sentimiento que comparten tres de cada diez hombres.

La diferencia a la hora de tomarse el divorcio se incrementa todavía más en las tasas de suicidio, en las que los datos de la población masculina doblan a los de la femenina, ya que siete de cada diez hombres encuestados reconocieron haber pensado alguna vez en acabar con su vida.

Además, el paso del tiempo no parece suponer una mejora en el ánimo de los varones divorciados, tal y como reconoce el 25% de los que se encuentran en esta situación. Sin embargo, el 80% de las mujeres niegan seguir sientiéndose traicionadas después de unos años.

En cuanto a cómo superar el final de sus matrimonios, el 60% de las mujeres pasaron más tiempo con sus familiares y amigos, mientras que los hombres se refugiaron mayoritariamente en relaciones sexuales casuales, encuentros con viejas conocidas o contratando los servicios de una agencia matrimonial.