Se trata de un estudio sociológico y estadístico que la SGAE ha elaborado a partir de más de 20.000 encuestas distribuidas por todo el trritorio nacional.

El informe desvela también divergencias significativas a la hora de elegir un filme en función de la clase social: los consumidores de rentas más bajas confiesan su predilección por el género dramático, mientras que las economías más holgadas se decantan por las obras en teoría menos comerciales, las de "mensaje o situación".

El género cinematográfico preferido por los desempleados es el drama, mientras que los niños se decantan por las películas de acción.

El informe corrbora también, en términos científicos, el acreditado tópico de que el consumo de cine erótico está mucho más extendido entre el género masculino. Pero desvela que este material es mucho más demandado entre solteros y casados que entre los separados y los viudos.

En el capítulo de alquiler de vídeos, el cine de acción ostenta un holgado liderazgo, copando el 33,5% del total de selecciones, seguido por las cintas de misterio (15,6%), las humorísticas (13,8%), las de aventuras (13,2%), los dramas (7,4%),las comedias románticas (6,9%) y las historias infantiles (6,2%). Las de contenido erótico representan un casi testimonial 0,5% en este apartado.

La asistencia a las salas de cine ha alcanzado en España niveles aceptables, con una media nacional de 3,6 visitas al año. Pese a ello, casi el 50% de los españoles confiesa no acudir nunca al cine y otro 25% admite que lo hace sólo de manera "esporádica", según la información recopilada en el estudio.

El principal motivo para no frecuentar las salas paa por considerar que con la oferta cinematográfica de la televisión "ya es suficiente", un argumento que sostienen el 30% de quienes no van nunca al cine.

Los siguientes razonamientos para la no asistencia incluyen, por este orden, el coste total (precio de la entrada, consumiciones, aparcamiento...), motivos familiares (responsabilidades en el cuidado de niños u otros miembros de la familia), oferta deficitaria (salas alejadas, escasas o con esperas prolongadas) y preferencia por el alquiler de vídeo.

Un pequeño porcentaje señala la "falta de información" sobre novedades cinematográficas para explicar su renuencia a las salas de cine.