Durante ese período, las mujeres superaron en número a los aspirantes a fiscales, mientras que todavía es ligeramente mayor el número de jueces en las dos últimas promociones.

De los 513 juecesque tomaron posesión en los tres últimos años, 222 fueron mujeres, mientras que en 1991 el 50 por ciento de las plazas para fiscales fueron ocupadas por mujeres y el año anterior el 53 por ciento de las vacantes fueron para opositoras.

El incremento de la presencia femenina en la judicatura es consecuencia directa de la progresiva incorporación de la mujer al mundo universitario.

No obstante, para Elvira Tejada, fiscal de la Audiencia de Madrid, si el número de plazas van siendo ocupadas mayoritaiamente por mujeres se debe a que éstas acuden por lo general mejor preparadas que los hombres.

"Para el hombre la oposición es un poco diferente, ya que muchos se presentan porque buscan un medio de vida, más por obligación, mientras que la mujer que se dedica a esto lo hace por vocación, porque es lo que verdaderamente le gusta", explicó.

Esta teoría es compartida por el teniente fiscal de la Audiencia de Madrid, José Ignacio Campos, que además puntualizó que otro de los motivos por los que losaspirantes masculinos se ven afectados es por el servicio militar.

"Normalmente, el universitario que termina su carrera debe enfrentarse a los 9 meses de mili y eso supone una importante ruptura en el hábito de estudio, que se nota cuando vuelve al cabo de algo más de un año a coger los libros", indicó.

Todo parece indicar que los porcentajes a favor de las aspirantes femeninas seguirán incrementándose en las próximas promociones. Hace apenas unos días concluyeron las pruebas para cubrir 150 plaas vacantes de la fiscalía.

Todavía no se conocen la totalidad de los resultados, pero, por ejemplo, en el tribunal número 2, de los 25 plazas existentes 18 han sido para mujeres y las cuatro notas más altas también, según el fiscal Luis López Sanz, miembro del tribunal.

CONVOCATORIAS ANUALES

Las convocatorias para jueces y fiscales suelen producirse con una periodicidad anual, aunque todo depende del número de plazas vacantes que existan en la carrera.

El sistema es el mismo tanto para juces como fiscales, dos exámenes teóricos y uno práctico y en numerosas ocasiones la oposición es conjunta, pudiendo optar el aspirante a la categoría de juez o fiscal según su conveniencia.

A veces un destino o la posibilidad de incorporarse de inmediato pueden provocar que la balanza del opositor aprobado se incline hacia uno u otro lado.

Cada tribunal está compuesto, en el caso de los jueces, por el presidente, magistrado del Tribunal Supremo, un magistrado, dos catedráticos de materia jurídicadesignados por el Consejo de Universidades, un abogado designado por el Consejo General de la Abogacía, un abogado del Estado designado por el Ministerio de Justicia y un fiscal designado por la Fiscalía.

En la oposiciones para fiscal la composición es la misma, salvo que el tribunal está presidido por un fiscal del Tribunal Supremo y se sustituye uno de los catedráticos por otro fiscal.

"Este sistema permite garantizar la objetividad a la hora de puntuar, porque es difícil que con tantos miembro uno pueda influir a favor de alguno de los opsitores", afirmó Arturo Beltrán, magistrado de la sección 5 de la Audiencia de Madrid.

Según el magistrado, la entrada masiva de mujeres en la carrera no está provocando una alarma en la judicatura, ni se ha planteado la posibilidad de filtrar el ingreso para equiparar la presencia de ambos sexos.

"No creo que esto llegue a suceder", opinó Begoña Fernández, magistrada de la sección sexta del mismo tribunal. "No sólo no vivimos ningún tipo de discriminción en el cumplimiento de nuestro trabajo, sino que además damos muy buenos resultados, por lo que me parece poco probable que pueda llegar a penalizarse a un opositor por el mero hecho de ser mujer".

"He visto cometer injusticias simplemente porque un opositor ha caído mal al tribunal", añadió Beltrán, "pero, desde luego, han sido casos que se han dado tanto entre hombres como mujeres".

PUESTOS DE RESPONSABILIDAD

Los magistrados rechazan asimismo esa suposición, porque la presencia de la muje se va haciendo sentir cada vez más en los altos cargos de la carrera judicial y, por tanto, también en los tribunales de oposición.

"Hasta ahora", afirmó más adelante, "no existe ninguna mujer miembro del Tribunal Supremo o del Tribunal Constitucional, pero esto se debe a su retraso en el acceso a la Universidad y para acceder a los altos tribunales es necesario contar con un mínimo de 15 años de antigüedad en la carrera".

Este hecho ha provocado, entre otras cosas, que sólo el 13 por ciento de a totalidad de los jueces españoles sean mujeres.

"Las primeras promociones en las que aparecieron mujeres fue en la década de los 60", explicó José Ignacio Campos. "Recuerdo perfectamente que en mi promoción, hace 18 años, salieron la primera juez de primera instancia, Josefina Triguero, y la primera fiscal, Pilar Valcárcel", agregó.

Con todo, las mujeres ya empiezan a ocupar puestos de responsabilidad en la carrera. Así, la Audiencia de Barcelona está presidida por la magistrada Margarita Roble y otra mujer, María Angeles Montes, es la teniente fiscal de la Audiencia de Bilbao.

Asimismo, de los 21 vocales del Consejo General del Poder Judicial, 3 son mujeres: María Teresa Fernández de la Vega, Soledad Mestre García y Margarita Mariscal.