En los 44 días transcurridos desde su apertura al público, la muestra ha registrado grandes colas de gente, que esperaba en ocasiones asta tres horas para contemplar las 95 obras del pintor aragonés, en su mayoría piezas de pequeño formato, procedentes de diversos museos y colecciones particulares de todo el mundo.

Para facilitar el acceso a esta exposición, los responsables del Prado han habilitado una entrada específica a las salas temporales donde están expuestos los cuadros de gabinete, y bocetos sobre lienzo, tabla u hojalata que componen la antología de la pintura más íntima de Goya.

Después de una primera avalancha provoada por la novedad y el intenso lanzamiento publicitario de la antológica, que se tradujo en la afluencia de más de 7.000 personas en el primer fin de semana, la media diaria se ha establecido en unos 2.000 visitantes.

Según explicaron a esta agencia los responsables del museo, los intensos fríos y lluvias registrados durante el mes de diciembre no han evitado que numerosos aficionados esperasen la cola para ver la muestra, que podría marcar un hito histórico similar al de la monográfica de Velázquez n 1990.