El inspector de policía, Francisco Blas, explicó a Servimedia que los hechos se produjeron a las 10,15 horas de la mañana, cuando los atracadores "muy bienvestidos, con apariencia de ejecutivos y armados con pistolas, irrumpieron en la sucursal bancaria e intimidaron a tres cliente y cinco empleados, a los que encerraron en el lavabo".

Añadió que "los supuestos ladrones entraron en el compartimento blindado de la caja y se apoderaron de más de 10 millones de pesetas, que finalmente hemos recuperado".

El inspector manifestó que "en su huída, los dos atracadores se toparon con un furgón de seguridad de la empresa Ausysegur, cuyos guardas jurados se prcataron de lo que estaba sucediendo e iniciaron su persecución, a la que se sumaron agentes de la Policía Local y Nacional".

"Tras una rocambolesca persecución por el centro de la ciudad y en medio de un fuerte tiroteo, fue detenido uno de los atracadores, mientras que el otro resultó herido en una mano, aunque huyó tras perder un zapato y se refugió en el número 8 de la avenida Constitución", dijo Francisco Blas.

Agregó que el ladrón "logró llegar a la terraza, tras forzar la puerta, pero al ve que no podía saltar a ninguno de los edificios cercanos, decidió volver a bajar y fue cuando se encontró con agentes de la policía que respondieron a sus disparos, causándole la muerte. En el transcurso del tiroteo resultó herido leve un agente de policía que también fue trasladado al Hospital General Universitario".

El atracador, que recibió dos disparos, ingresó en el hospital en situación de parada cardiorrespiratoria, debida a dos impactos de bala en el tórax, con orificio de entrada por el hombr izquierdo y en pierna derecha. Blas dijo que, al parecer, ambos eran residentes en Santander. El fallecido aparenta una edad de entre 30 y 35 años.

Antes de esconderse en el número 8 de la Avenida Constitución, el atracador entró en el número 6 de la misma calle, donde la portera del edificio, de nombre Angelita, le encontró sentado en la escalera del séptimo piso y, al ver que tenía las manos ensangrentadas y que portaba una cartera abierta donde creyó ver una pistola, le conminó a salir del edifici y le acompañó hasta la puerta.

Angelita relató a Servimedia que "le pregunté a dónde iba y él me dijo (que) al cuarto (piso). Al insistir, me dijo que estaba mareado y que siguiera haciendo mis cosas... la verdad es que no sé como tuve tanto valor".