En un comunicado, MSF denunció "las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de octubre de 2023, cuando mató a 1.200 personas y tomó a unos 250 rehenes". En respuesta, las fuerzas israelíes han llevado a cabo una guerra sin cuartel contra la población de la Franja de Gaza, matando a más de 41.500 personas e hiriendo a más de 96.000", denunció la ONG.

Desde entonces, "la población se ha visto desplazada en repetidas ocasiones". Les obligan a "ocupar zonas cada vez más pequeñas", prosiguió, bajo "bombardeos y condiciones cada vez más inhumanas". Además, destacó que en la actualidad, sólo 17 de los 36 hospitales funcionan parcialmente.

Las partes enfrentadas han llevado a cabo hostilidades cerca de instalaciones médicas, poniendo en peligro a pacientes, cuidadores y personal médico. También han muerto seis compañeros de MSF.

EVACUACIONES

En este año de guerra, el personal y los pacientes de MSF han tenido que abandonar 14 estructuras sanitarias diferentes, debido a graves incidentes y a los combates.

Cada vez que se evacua un centro médico, miles de personas se quedan sin poder recibir atención médica vital, apuntó MSF. A su juicio, ello "tendrá consecuencias en la salud de la población, no sólo en lo inmediato, sino en las semanas y meses venideros".

SIN MEDIOS

Agregó que la falta de acceso a la asistencia sanitaria se ve agravada por la escasez de suministros humanitarios en Gaza, a causa de los "criterios poco claros e impredecibles" que Israel impone para autorizar la entrada.

De hecho, MSF tiene enormes dificultades para introducir en la Franja equipos esenciales como generadores, autoclaves para la esterilización de material quirúrgico, concentradores de oxígeno y estaciones de desalinización y motobombas para suministrar agua potable y para la higiene en las instalaciones médicas.

En un año, MSF solo ha logrado que entrasen en Gaza 636 toneladas de material médico (equivalente a 130 camiones), cantidad que debería ser el volumen mensual para responder a las necesidades médicas urgentes.

Una vez que los suministros entran en la Franja de Gaza, a menudo no llegan a su destino, prosiguió, "debido a la ausencia de carreteras seguras y accesibles, los continuos combates y el saqueo de alimentos y artículos de primera necesidad".