Este protocolo de cooperación se enmarca dentro de las actividades de concienciación social emprendidas por Tragamóvil, una fundación medioambiental de la Asociación Multisectorial de Empresas Españolas de Electrónica y Comunicaciones (Asimelec), y de la política de responsabilidad corporativa de Movistar y su apuesta por el desarrollo sostenible, según informaron ambas compañías en un comunicado.

El acuerdo permitirá que los clientes depositen en las tiendas propias de Movistar los teléfonos móviles de los que quieren deshacerse, contribuyendo así a la correcta gestión de los residuos que producen.

Según los datos de la Fundación Tragamóvil, cada año se desechan en España 20 millones de teléfonos móviles, muchos de los cuales se tiran a la basura o se depositan en lugares inadecuados.

Con las actuales tecnologías el 90% de un teléfono móvil se puede reciclar, obteniéndose de él materiales plásticos, metales (hierro, cobre), vidrio y fibra de vidrio, y consiguiendo ahorros de energía y recursos naturales.