El Ejecutivo responde así a la preocupación de algunos sectores de la sociedad sobre los posibles efectos de las emisiones de las citadas antenas en los seres humanos.

Las estaciones de telefonía móvil, explica en su respuesta el Gobierno, realizan emisiones conformeuna norma técnica aprobada por el Instituto Europeo de Normas de Telecomunciación y con unas características de radiación autorizadas.

Además, la instalación de cualquier estación radioléctrica tiene que ser previamente inspeccionada por las unidades de comprobación técnica de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones.

Por último, la Unión Europea establece unas recomendaciones en las que figuran los valores límites de la densidad de potencia recibida para el público en general en caso de exosición continua y por debajo de los cuales no existe peligro para las personas.

Según el Gobierno, la experiencia acumulada en España y en otros países comunitarios es que "en los lugares donde transitan, permanecen o viven personas, las densidades de potencia recibidas están muy por debajo de los mecionados límites".