Moratinos recordó que las declaraciones del monarca marroquí durante el viaje de Estado de los Reyes a ese país fueron "objeto de discusión y de intervención por mi parte en mis encuentros con las autoridades marroquíes en el transcurso de la visita de sus Majestades, donde señalé que había que prestar el respeto debido a todo ex presidente español".

"Pero también señalé", prosiguió "que había que mirar hacia el futuro, que había que construir unas relaciones entre España y Marruecos lo más sólidas posibles, y que teníamos que mirar juntos para construir un espacio de confianza mutua que permitiese una relación estable y permanente entre Marruecos y España".

"¿PARA QUIEN TRABAJA?"

Moragas denunció que "su silencio entonces y el galimatías verbal que acaba de pronunciar nos genera muchos problemas a los españoles", y recalcó que "el silencio a veces en diplomacia significa aquiescencia", por lo que preguntó si comparte "la versión ridícula y que insulta la inteligencia de los españoles" que se dio en Marruecos de la toma de Perejil.

"Su problema es que ya no sabe para quien trabaja, si trabaja para España, para Marruecos, si defiende el sector turístico, pesquero o vitivinícola de otros países o el español, como es su deber", subrayó.

Concluyó que "no voy a pedir que dimita, sino algo más sencillo, que piense en los españoles, sea honesto consigo mismo, actúe en consecuencia y nos ahorre el terrible y doloroso e inútil esfuerzo de pedirle su dimisión cada día. Muchos españoles brindarán, y le aseguro que no será con vino francés de Burdeos".

Moratinos invitó a Moragas y al portavoz de Exteriores en el Congreso, Gustavo de Arístegui, a ponerse de acuerdo en cuanto a su esas declaraciones fueron una "infamia" o solamente "desafortunadas", y recalcó que "yo tengo las ideas muy claras, que es el compromiso y el principio de defender los intereses de España y los españoles".

"Eso es lo que está haciendo este Gobierno, tener una sólida y vertebrada relación con Marruecos, es algo que pide la ciudadanía española", insistió, para concluir que en esa visita de Estado estaba invitada, aunque no acudió, la ex responsable de Exteriores Ana Palacio, quien, "por cierto, fue elogiada por el monarca marroquí".