Así valoró el titular de Exteriores la decisión del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu de imputar un delito contra la humanidad al ex ministro de Defensa de Israel Benjamín Ben-Eliezer, así como a seis militares israelíes, por un bombardeo aéreo en el año 2002 en el que murieron 15 civiles en la ciudad de Gaza.

El magistrado decidió imputar a estas personas después de admitir a trámite la querella que denunció la muerte de 15 personas, la mayoría niños, debido a un ataque de la aviación israelí que pretendía acabar con la vida del presunto líder de Hamás Sa.

El ministro interrumpió durante más de veinte minutos su comparecencia ante el Congreso por una llamada telefónica que, al parecer, se refería a la reacción de Israel sobre la decisión de la Audiencia Nacional. El Gobierno israelí señaló que hará lo posible para frenar la investigación.

El jefe de la diplomacia pidió al presidente de la Comisión de Exteriores, Josep Antoni Durán i Lleida, un paro de la comisión, justo al término del portavoz popular. En ese momento, un miembro de su gabinete atendía en inglés una llamada telefónica que posteriormente trasladó al ministro.

Moratinos se desplazó hasta una de las salas del Congreso para atender, durante unos veintidós minutos el teléfono. A su regreso a la Comisión de Exteriores, el ministro atendió a los periodistas.

Se limitó a decir que "la reacción de Israel es la reacción de Israel, la del Gobierno español es respetar la Justicia. Vamos todos a trabajar para que sigamos ayudando a unos y a otros a construir la paz en la región y esa es la obligación del Gobierno".

Por último, el ministro Miguel Ángel Moratinos señaló que "no tiene comentarios" sobre la decisión judicial porque "la Justicia es independiente y decide lo que estime oportuno".