Moratinos hizo estas declaraciones a los periodistas que le acompañan durante su gira iberoamericana, en la sede de la Embajada de España en Brasilia, antes de mantener un almuerzo de trabajo con unos 20 empresarios de multinacionales españolas con presencia en Brasil.

El titular de Exteriores apuntó que el encuentro que mantendrá por la tarde con su homólogo brasileño Celso Amorim, y previsiblemente también con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, servirá para preparar la próxima Cumbre UE-América Latina y Caribe, de mediados de mayo en Lima (Perú).

Además, agregó que en el encuentro abordarán "cuestiones puntuales ya resueltas", aludiendo a la crisis por los problemas con las devoluciones de personas en los aeropuertos, porque ahora se vive un "buen momento" en las relaciones bilaterales tras "esos malentendidos consulares, que produjo un cierto descontento entre la cooperación consular entre España y Brasil".

"Ahora hay buena cooperación, un buen diálogo permanente, para que el flujo de personas, a ambos lados, se lleve con la legalidad y la dignidad que requieren las relaciones importantes como las que mantienen Brasil y España", agregó.

En 2007, según fuentes diplomáticas, se denegó la entrada en España a unos 1.100 brasileños, mientras que en Brasil se impidió el acceso a una veintena de españoles.

El jefe de la diplomacia española explicó que, para evitar la repetición de estos casos, se ha puesto en marcha un mecanismo que consiste en el intercambio de policías nacionales de los países, de manera que operen conjuntamente en los aeropuertos.

Moratinos dijo que estas medidas "ya están prácticamente funcionando", aunque todavía quedan por detallar los instrumentos de trabajo de manera concreta, que es en lo que se están centrando ahora ambas embajadas.

"Cada vez hay más brasileños que visitan España y más españoles que visitan Brasil, lo que demuestra la intensidad" de la relación cultural, turística y comercial entre ambos países, subrayó Moratinos.

El objetivo ahora es garantizar con "legalidad y rigor" que todas las entradas de brasileños en España y de españoles en Brasil se produzca "con pleno respeto y seguridad" de las fronteras.