La concejala de Medio Ambiente y Servicios a la Ciudad del ayuntamiento, Paz González, firmó hoy un convenio de colaboración con la Comunidad Judía de Madrid por el que esta última dona el monumento a la ciudad.

Se trata, según González, de "un homenaje al recuerdo, a la memoria y a las ausencias", con el que "el pueblo de Madrid quiere rendir un sincero homenaje en recuerdo de todas las víctimas del holocausto; de tantos y tantos inocentes de distinta nacionalidad, raza y religión que tuvieron que pagar con su vida los excesos más extremados de la intransigencia y de la intolerancia, y entre los que también figuran muchos madrileños que sufrieron y murieron en el campo de concentración de Mauthausen-Gusen".

El monumento es un trabajo del escultor Samuel Nahon, que ha utilizado como motivo principal del conjunto la figura clásica de "la estrella elevándose hacia el cielo como sublimación poética de lo trascendental". En su construcción se utilizarán materiales como el acero y las traviesas de madera de ferrocarril, que simbolizan el terror de los "trenes de la muerte".

"El testimonio físico que va a suponer este monumento es, precisamente, un símbolo para avivar el recuerdo, y para transmitir a las siguientes generaciones lo que nunca jamás debió producirse", señaló González. Indicó que Madrid es una ciudad que ha conocido en su propia carne la barbarie injustificada, pero dijo que, a pesar de ello, se sigue distinguiendo por ser una ciudad abierta a todos, sea cual sea el lugar de donde procedan sus ideas, su raza o su religión.