Con esa frase, atribuida al propio Zaplana, Montilla respondió a una interpelación que le dirigió el portavoz popular durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados.

"No se esfuercen en vano. Pueden hacer todo el ruido mediático que quieran, pero las cosas seguirán siendo como son y no como ustedes las pintan. No tengo ningún conflicto de intereses porque no estoy en política paa forrarme. La frase no es mía, pero supongo que al autor no le interesará demandarme por plagio", ironizó.

"Tampoco tengo ninguna causa abierta por la Fiscalía por Terra Mítica", añadió Montilla, en referencia a la gestión de ese parque temático mientras Zaplana era presidente de la Generalitat Valenciana.

En su turno de réplica, Zaplana acusó a Montilla de mentir porque no tiene "ninguna causa abierta por nadie", y aseguró, además, que él nunca pronunció la frase a la que había aludido Montilla.

El ministro salió del paso recordando que él no había mencionado expresamente al autor de la frase y preguntando los motivos por los que se había sentido aludido.

Montilla explicó que su partido negoció una condonación de intereses vencidos y no pagados generados por el crédito y descartó cualquier trato de favor y, más aún, relación alguna con la OPA lanzada por Gas Natural sobre Endesa.

Explicó que el PP ha renegociado multitud de condonaciones de intereses similares a esta y así se refleja en los informes del Tribunal de Cuentas y en las propias alegaciones del partido.

Denunció por ello la "doble moral" del PP y preguntó a este partido que, si ha existido connivencia de los socialistas con una entidad bancaria, cuantas ha habido entre el PP y todas las entidades con las que se han renegociado créditos, el sesenta por ciento de ellas con Aznar presidiendo el Gobierno.

Zaplana reiteró en sus dos turnos la demanda de que presente la dimisión por haber dañado la política y el sistema financiero. "Su final está escrito", le dijo, "y cuanto antes tome la decisión, mejor".

La primera intervención de Montilla en esta interpelación fue acogida con un cerrado aplauso de sus compañeros de filas puestos en pie en sus escaños, llamativamente ocupados a esas alturas de la sesión.

Zaplana le recomendó después que no interprete ese gesto como un apoyo, porque los aplausos a veces "tienen más que ver con el nerviosismo y la histeria".