El estudio indica que el tiempo cálido de verano favorece a los enfermos de corazón, pues hace que se sientan mejor, aunque el exceso de calor debe ser tenido en cuenta especialmente por los pacientes hipertensos y valvulares, ya que corren el riesgo de perder demasiada agua a causa del sudor.

Respecto a las comidas, el doctor Calabuig indica que lo más recomendable son las ensaladas, verduras y frutas y aconseja seguir con las mismas dietas que durante el resto del año.

En el caso de los ancianos, Calabuig señala que los problemas de crazón suelen ser más serios, pues tardan más tiempo en recuperarse, y aconseja que cuando ocurra algo se pongan en contacto rápidamente con el cardiólogo.

Sobre el baño en las playas, advierte a los amantes del agua que tengan en cuenta que, según la temperatura a la que se encuentre, el organismo realizará algunos cambios para adaptarse a esa diferencia de temperatura y explica que estos cambios han de ser lo menos bruscos posibles, para lo cual es necesario refrescarse poco a poco las piernas, el peho y la cabeza antes de zambullirse.

Por último, José Calabuig indica que si durante las vacaciones hay alguna otra duda, conviene telefonear al cardiólogo habitual o acudir al más próximo. Es recomendable que el paciente, si piensa desplazarse en vacaciones, lleve consigo el informe médico en el que se detalla la enfermedad que padece y el tratamiento que sigue.