Durante la conferencia que pronunció en el club Siglo XXI sobre "Una propuest catalana", Molins destacó que Cataluña "no está satisfecha" con la forma en que se ha desarrollado la Constitución y con la "generalización autonómica que ha diluído su realidad nacional".

"En España no existen diecisiete realidades nacionales", dijo en referencia a las actuales comunidades autónomas, antes de explicar que "las naciones no se inventan" y que una cosa son las regiones españolas y otra es el autogobierno político basado en la existencia de unos hechos diferenciales.

Tras recordar na intervención del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, en el Senado, Molins recalcó que "todavía no hemos encontrado la fórmula satisfactoria de encaje de Cataluña con España". Para "superar esta insatisfacción", propuso la configuración de una soberanía compartida para Cataluña en el marco del Estado español.

Esa propuesta, en su opinión, debería partir del "claro reconocimiento del hecho nacional catalán y de cómo este hecho nacional no es incompatible con la articulación de Cataluña en Espaa".

Para ello, planteó la recuperación sin anacronismos de los conceptos de autogobierno que figuraban en las constituciones catalanas derogadas por una ley de guerra y recuperar las capacidades de autogobierno configurando esa soberanía compartida.

Esto debería permitir también la reformulación de un nuevo pacto fiscal basado en la recaudación por parte de la propia administración catalana, "tal y como ya existía en 1714".

REFORMA DE LA CONSTITUCION

Aunque no quiso extenderse sobre la posbilidad de que su propuesta conllevara una reforma de la Constitución, recordó las aportaciones de prestigiosas personalidades, como López Burniol, quien explicaba en un artículo cómo a partir del reconocimiento de los derechos históricos de la Constitución de 1978, "podrían comprenderse todos aquellos territorios en los que hubiera subsistido un sistema normativo propio".

Frente a otros nacionalismos que han ido siempre ligados a la reclamación de la independencia, Molins subrayó que el nacionalismo atalán ha combinado siempre la afirmación de la identidad catalana con una clara vocación de intervención y participación en la política española.

Sin embargo, el portavoz de CiU enumeró una serie de órdenes, instrucciones y leyes españolas de los últimos siglos encaminadas a "intentar abolir la singularidad" y "prohibir por decreto la diferencia".

Cataluña, recordó, compartió soberanía con Aragón y luego con Castilla, perdiéndola en 1714. Desde entonces, se ha intentado "hacer perder también a Ctaluña su voluntad de ser nación".

A pesar de estos intentos, el sentimiento y la voluntad de autogobierno han permanecido en la sociedad catalana que, sin reclamar la independencia, "ha reafirmado su voluntad de compartir poder, competencias y soberanía, participando de un Estado más amplio".

El Estado "compuesto y complejo" que es España tendría más cohesión y fuerza con esa soberanía compartida, reiteró, que reservaría a los poderes centrales "únicamente aquellos aspectos y materias de polític exterior, ordenación general de la economía y defensa necesarios para articular una política estatal de conjunto".

Lejos de disgregar al Estado, éste se fortelecería porque "sólo puede reafirmarse en el futuro si consigue implicar las diversas realidades nacionales que integra", indicó Molins.