LA MITAD DE LA POBLACION AGRARIA ARAGONESA DESAPARECERA
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De los 48.000 agricultores que hay en la actualidad en la comunidad autónoma de Aragón, podrían quedar en 1996 únicamente 24.000.
Laagricultura ha sufrido en los últimos años una continua pérdida de ocupación, pasando del 15% de la población activa total de Aragón en 1988 al 10,5% en 1991.
Por otra parte, tanto el cereal, principal subsector de la agricultura de la Comunidad, con el 22% de la producción y un valor de 55.000 millones de pesetas en 1991, como el cultivo de secano dedicado al cereal "desaparecerán casi totalmente en cinco años, o menos, en Teruel y en Huesca y disminuirá en Zaragoza".
Estos son algunos de los daos que expone José Antonio Biescas, decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de Zaragoza y ex consejero de Economía del Gobierno Aragonés, en su participación en el "Informe sobre la situación económica y social en 1991", aprobado recientemente por el pleno del Consejo Económico y Social de Aragón (CES)
En su análisis sobre el campo aragonés, Biescas parte de un "escenario continuista", en el que "ni desde el sector privado ni desde el Gobierno autónomo se adoptan medidas espeiales".
Igualmente advierte de las carencias de las estadísticas agrarias. El factor desencadenante de la crisis, según Biesas, es la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC).
El informe del CES insiste en la necesidad de "nuevas políticas complementarias" dedicadas fundamentalmente al rejuvenecimiento de la población agrícola y a las ayudas a la renta de agricultores y ganaderos. José Antonio Biescas explica el proceso que provoca en Aragón la reforma de la PAC.
Las ayudas a cada agicultor se basarán en una media comarcal, por lo que a aquellos cuya explotación se encuentre dentro de las zonas productivas, "se les compensará menos de lo que realmente producen, y al revés".
La cooperativas de cereal aragonesas se van a encontrar con menos producción y a un valor inferior.
La conclusión es -añade Biescas- "que el coste de comarcalización subirá y podrá darse el abandono, por parte de los agricultores, de sus entidades asociativas, ya que este sistema sólo compensa la caída delos precios sobre las cantidades medias asignadas y los kilos excedentes serán pagados por debajo de sus costes de producción".
Por otra parte, el informe del CES estima que la incidencia para la ganadería ovina y vacuna no será "especialmente negativa". En vacuno de carne debe replantearse la explotación en muchas comarcas.
La superficie cultivada se mantendrá en el secano de vid y olivar, mientras descenderán las hectáreas regadas por el abandono de las tierras con agua no garantizada y de parclas de difícil mecanización.
Por último, la permanencia de la producción hortofrutícola dependerá del éxito de la comarcalización.
(SERVIMEDIA)
05 Dic 1992
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