Tanto los representantes de la Plataforma como los de la empresa coincidieron en señalar que la respuesta fue mucho más elevada en el metro y en las ciudades de la periferia de Barcelona, concretamente en Badalona, Santa Coloma de Gramanet y el barrio de Roquetes.

Según las cifras de las cinco entidades que integran la Plataforma, los sindicatos UGT y CCOO, la Federación deAsociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), la Confederación de Asociaciones de Vecinos de Cataluña (Confavc) y Acción Ecologista, el número de viajeros que no pagó antes de las 9 de la mañana supuso el 90 por ciento del total, aunuqe la media registrada durante el resto del día era entre el 40 y el 50 por ciento.

El portavoz de la empresa metropolitana de transportes, José Antonio Patiño, explicó que la incidencia de los usuarios que no pagaban había sido prácticamente nula e insignificante en los atobuses. "Todo el mundo ha actuado como si fuera un día normal en los autobuses, y en el metro también, excepto en algunas estaciones de la periferia en las que había piquetes antes de las 9 de la mañana, que coaaccionaban y obligaban a los usuarios a no pagar".

Los conductores de autobuses tenían la orden de pararse ante la comisaría de policía que correspondía a su trayecto para denunciar a los usuarios que no pagaban billete y, además, que se negaran a abonar una multa de 5.000 pesetas. La vigilanca policial, según la empresa, fue preventiva y más abundante en las estaciones de metro de conexión, como Plaza Catalunya, Sants y Plaza de España.

La Plataforma para la Defensa del Transporte Público denunció, sin embargo, una presencia policial desmesurada. El representante de CCOO Alfred Clemente declaró que la actitud de los viajeros que no pagaban no era incívica, ya que la entidad convocante no les forzaba a no pagar sino que invitaba a que lo hicieran de forma voluntaria.

El alcalde de Barelona, Pasqual Maragall, que manifestó hoy que las acciones habían estado "fuera de juego" y defendió el derecho de los ciudadanos en su movilidad, difundió ayer un bando en el que deslegitimaba la protesta y llamaba a los usuarios de los transportes públicos a cumplir con sus obligaciones cívicas.

El último incremento de las tarifas de metro y autobús, que sitúan el precio de los billetes sencillos de ambos medios en 115 pesetas, responde al intento de cubrir más del 50 por ciento de los costes de exlotación de las líneas, según Transportes Metropolitanos.