Roca hizo esta reflexión en el transcurso de una jornada celebrada este jueves en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, que preside Manuel Pizarro, sobre 'Felipe VI: una década de reinado'.

Considera que la institución de la Corona está “absolutamente consolidada" y que después de 45 años desde la aprobación de la Constitución se ha comprobado que “funciona”, aprobada con un muy amplio consenso. “El consenso, si se quiere, es posible”, dijo, y añadió que “si se quiere la Constitución puede funcionar mucho más”. A la vez, pidió que “no demos por muerta la transición, porque si se hace se mata muchas cosas a la vez, y una de ellas es que existe el mandato constitucional de ponerse de acuerdo. Y en esto la Monarquía ha cumplido un papel muy relevante”.

Por ello, añadió Roca, “el mayor elogio a la Monarquía es que ha cumplido con su función y su misión. Hoy, el elemento que garantiza el funcionamiento de normalidad en España es la Corona”. La Corona es en España "el ejemplo de consenso” que no se ha visto en estos años.

En la jornada se puso de manifiesto que el reinado de Felipe VI ha sido “tan complejo como eficaz, tan difícil como aleccionador” y durante este decenio ha demostrado que es un rey “escrupulosamente constitucional” con una vinculación absoluta y total a la Constitución.

Junto a ello, la práctica totalidad de los juristas que participaron se mostraron en contra de que se tenga que elaborar una ley de la Corona para regular las funciones, obligaciones, etc. del Rey. En este sentido, Manuel Aragón, académico y magistrado emérito del Tribunal Constitucional, señaló que los españoles tienen en la Monarquía un “firme asidero” para afrontar con éxito los retos futuros, “sin que sea necesaria ninguna reforma legal, como es, por ejemplo, la criticable pretensión de algunos de que se dice una ley general sobe la Corona”, toda vez que la Constitución ya regula “perfectamente” el estatuto del Rey y las funciones de la Corona. Además, destacó que el Rey es una “figura esencial por el gran valor que representa para el correcto funcionamiento del entramado institucional y la pacífica convivencia ciudadana, para el mantenimiento de la democracia constitucional y para la permanencia y estabilidad del Estado y la nación”.

En esta línea, Benigno Pendás, presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, incidió en esas consideraciones , al afirmar que “no hace falta la ley de la Corona, porque la Constitución sólo establece ese formato para cubrir decisiones puntuales, como fue la abdicación”. Así, incidió, “no cabe una ley general de la Corona, no sólo por razones jurídicas, sino por razones políticas. Todo lo que debe decirse de la Corona está ya en la Constitución”.

Diego López Garrido, catedrático de Derecho Constitucional, esgrimió que existen “argumentos jurídicos, institucionales y políticos que justifican que no haya una ley para la Corona".

Luis Cazorla, abogado y presidente de la Fundación Pro Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, afirmó, en esa misma línea, que “la Constitución no permite una ley de la Corona”, por lo que existe una clara imposibilidad de que la misma se pueda llevar a cabo.

"ESCRUPULOSO" RESPETO A LA CONSTITUCIÓN

Por su parte, el presidente emérito del TC y también académico Pedro González-Trevijano destacó la "ejemplaridad del rey Felipe VI. Ha cumplido eficazmente su legitimidad en el ejercicio. Es un escrupuloso Rey constitucional”. También se refirió al “momento complejo” de los sucesos de octubre de 2017, con el 'procés' en Cataluña. Ese discurso, “que seguramente, quien tenía que hacerlo era el presidente del Gobierno", Mariano Rajoy, fue “directa o indirectamente avalado por el Gobierno y Senado con la aplicación del artículo 155 de la Constitución”, por el TC que lo avaló, por el Tribunal Supremo que condenó a los considerados responsables y por todas las decisiones del TC respecto a la sentencia del Supremo, añadió.

Emilio Lamo de Espinosa, doctor en Derecho, también consideró que el citado discurso del 3 de octubre de 2017 debía haberlo pronunciado Mariano Rajoy y no el Rey, pero que, en todo caso, “si no fuese por su valiente mensaje, no estoy seguro de que Rajoy se hubiese decidido a parar el golpe de Estado y aplicar el 155. Por segunda vez, el Rey defendiendo la democracia”, después de la intervención del Rey Juan Carlos durante el golpe de Estado del 23-F.

Por su parte, José Luis García Delgado, ex rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, destacó el “factor de estabilidad” que ha representado el Rey en el “decenio más difícil de nuestra democracia”. La Corona, dijo, “ha sido el gran factor de estabilidad, desempeñando ejemplarmente sus funciones, ha sido la institución que más ha alentado la actitud de acuerdo”.