"Milosevic", dijo Llamazares, "tendrá que hacer frente a su responsabilidad por crímenes contra la humanidad. El hecho de que este tribunal, con sede en La Haya, ha sido ceado por la ONU en 1993 parece ofrecer las necesarias garantías de imparcialidad y de respeto a los derechos de defensa".

A su juicio, "más allá de las circunstancias legales que rodean la extradición por parte de las autoridades de Belgrado, la comparecencia de Milosevic ante el Tribunal de la Haya cierra un capítulo sangriento de la historia balcánica. Es, ante todo, una buena noticia para la humanidad, una contribución importante a la afirmación del derecho y de la justicia a escala universal y unaclara advertencia a los tiranos presentes y futuros de que cada vez quedan en el mundo menos santuarios de impunidad".

Llamazares denunció al mismo tiempo la "hipocresía" del presidente de los EEUU, George W. Bush, que aplaude la extradición de Milosevic, pero se niega a firmar el Tratado de Roma que creó el Tribunal Penal Internacional, y que no muestra la misma diligencia en la persecución de otros criminales que andan sueltos.