Ruiz Oriol tiene previsto devolver los depositos de hasta un millón y medio de pesetas, los únicos garantizados por ley, antes de que termine esta semana o, como muy tarde, a principios de la que viene.

Será también el encargado de proceder a la liquidación de los activos del BCC, operación de cuyo resultado dependerá que cobren o no los clientes con saldos superiores al millón y medio de pesetas y los acreedores.

ElBCC cuenta con 20.000 depositantes, que tienen un saldo de 20.600 millones de pesetas. El capital de la entidad asciende a 4.500 millones de pesetas y sus activos estaban valorados inicialmente en 40.000 millones, pero, según los empleados, gran parte de ellos no son propiedad de la entidad sino que están alquilados en "leasing".

Las 18 oficinas del banco en España permanecían hoy clausuradas para el público, pero en la sede central de Madrid, en la calle Serrano, y en sucursales de Barcelona, Valenci, Las Palmas y Marbella grupos de trabajadores se encontraban encerrados para exigir la recolocación de toda la plantilla, formada por 300 empleados.

QUE VENGAN CON LANZALLAMAS

Un portavoz de los encerrados en la sede de Serrano, en la que pasaron la noche del domingo al lunes, manifestó esta tarde a Servimedia que no depondrán su actitud hasta que el Banco de España y la patronal bancaria AEB, como cofinanciadores que son del Fondo de Garantía de Depósitos, les garanticen la recolocación.

El msmo portavoz explicó que, para impedir su desalojo, habían activado el mecanismo de puertas de seguridad desde el interior del edificio, lo que impide la entrada desde el exterior, "a no ser que vengan con lanzallamas".

A la sede del BCC, que se encontraba hoy custodiada por efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, también se acercaron a lo largo del día algunos depositantes que pretendían reclamar su dinero.

Estos clientes se encontraron con una nota de la dirección del banco, en la que justifiaba el cierre "ante el riesgo de que existan problemas de orden público en las oficinas".La nota añadía que la decisión había sido tomada por la dirección del BCC, de acuerdo con el Banco de España, "para proteger dichas oficinas y a los propios trabajadores".

Las cristaleras del banco estaban cubiertas de pintadas con leyendas como "Ningún despido en BCC" y "Rubio responsable", en referencia al gobernador del Banco de España.