En un desayuno celebrado en la sede de Servimedia, y que puede seguirse a través de la página web "www.cronicasocial.com", la ministra identificó como el objetivo último de la Universidad la especialización, para "ser capaces de atraer investigadores, profesores y estudiantes de países no europeos" y ser más competitiva.

Mercedes Cabrera se refirió al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), con el que que "nos vamos a acercar a Europa, en la misma medida que los demás 43 países se van a acercar unos a otros. No estamos haciendo una carrera para llegar a un punto donde ya están los demás, sino que caminamos todos a la vez".

El fruto de este proceso será que los estudios que impartan las universidades "sean comparables, y los profesores puedan moverse".

Cabrera reconoció que "el número de universidades ha crecido mucho en los últimos decenios. Un crecimiento que atribuyó a la democratización de la universidad, al proceso de consolidación del Estado autonómico y a la transferencia de competencias. "Es verdad que hay muchas universidades".

Asimismo, el comportamiento demográfico ha hecho que disminuya el número de universitarios. Sumado al aumento del número de universidades, "esa coctelera ha dado como resultado que, en algunas especialidades y facultades, el número de matriculados sea bajo".

Algo que puede concebirse como "una oportunidad para plantearse un proceso de reforma de nuestras universidades". Un cambio que han de emprender las propias universidades y las autonomías. "Obligarlas a cambiar desde fuera, sin que se asuman las necesidades de cambio, desemboca en un fracaso estrepitoso".

Con respecto al nuevo proceso de acreditación de profesores que introduce la reforma de la Ley Orgánica de Universidades (LOU), Cabrera señaló que "funcionará bien, cuando las universidades estén convencidas de que les interesa contratar a los mejores. Cuando consigamos crear esta cultura, desaparecerá el problema de la endogamia". Una endogamia y falta de movilidad que afecta, según la ministra, no sólo al profesorado, sino también a los alumnos.

Para Cabrera, las universidades están preparadas para asumir esa mayor autonomía y responsabilidad, aunque "quizás unas más que otras". Estas instituciones "empiezan a entender que la evaluación no es para castigar, sino para corregir. Son instituciones con mucha tradición e historia y, por lo tanto, con muchas inercias. Es lógico que algunas se resistan a evaluarse y a hacer públicos los resultados de su evaluación".

La ministra Cabrera también aludió a la "deuda histórica" que supone la Formación Profesional (FP), y explicó que "vamos a reorganizar las titulaciones y a adaptarlas a la sociedad actual, para que forme parte del horizonte inmediato y lógico denuestros jóvenes". "Hay otro tipo de enseñanzas superiores que no son universitarias ni tienen por qué serlo", afirmó, en referencia a la FP de grado superior.

Finalmente, Cabrera mencionó la inversión en I+D+i, y aseguró que la marcha de los investigadores españoles a otros países no es algo en sí negativo. "Lo que sería negativo sería cortar toda relación con ese investigador, y que no haya oportunidad de que vuelva". Además, consideró que "el esfuerzo en investigación debe dirigirse no a todo, sino a las áreas en las que tenemos ventajas comparativas".