En una entrevista publicada en la revista "Unión", órgano de expresión de la central ugetista, Méndez señala que el sindicato defenderá en la negociación colectiva de este año "un crecimiento real de los salarios", y añade que "el crecimiento salarial puede ser superior al 4% porque lo permite la situación".

Méndez señala que, en l negociación del 95, los sindicatos han logrado neutralizar la última reforma laboral por sus efectos en "la precariedad, desrregulación y empobrecimiento salarial añadido de los contratos de aprendizaje", pero advierte que el esfuerzo debe centrarse ahora en la estabilidad del empleo y los acuerdos con la patronal para rejuvenecer las plantillas.

El dirigente de UGT asegura que su sindicato sigue manteniendo el objetivo del pleno empleo para España, aunque reconoce que hay factores en la economía quehacen muy difícil alcanzarlo.

Los últimos años, añade, han demostrado que el binomio crecimiento económico-creación de empleo "ya no funciona", pese a que el país tiene un fuerte potencial para crear puestos de trabajo. "Actualmente", explica Méndez, "nos encontramos en una etapa de crecimiento y, sin embargo, el nivel de desempleo en España sigue siendo de un 24%, mientras que en la Unión Europea es del 11%".

A su juicio, "es preciso aplicar una política económica orientada a este fin, que favorzca la explotación de nuevos yacimientos de puestos de trabajo, por ejemplo en los ámbitos de la calidad de vida, del medio ambiente o del patrimonio arquitectónico".

También señala la distribución del tiempo de trabajo entre un mayor número de trabajadores como una posible fórmula para crear más empleo, ya que cada día se necesitan menos horas de trabajo para fabricar el mismo número de bienes, y recalca que en esta línea se inscribe la propuesta del sindicato de avanzar hacia la semana de cuatro día y 32 horas.

El dirigente ugetista reconoce que esta medida tiene un coste y apunta como modelo de financiación la disminución de los salarios más elevados y las aportaciones económicas de los empresarios y el Estado, teniendo en cuenta que para la Administración representa un gasto inferior al que le acarrea la protección por desempleo.

Méndez opina que se trata de un cambio esencial para la sociedad que no puede llevarse a cabo sin un debate permanente con la patronal y las administraciones púbicas, y aboga porque dicho foro se extienda a niveles europeos.

Uno de los temas de debate debería ser la negociación entre empresarios y sindicatos acerca de la necesidad de afianzar el empleo y rejuvenecer las plntillas de las empresas, en lugar del insistente planteamiento de la patronal de que España necesita un despido más barato.

Tras recordar que "abaratar el despido no genera empleo, sino que provoca más despidos", denuncia que en España ya se ha entrado en esta senda por la vía de los Jugados de lo Social con la aplicación de la doctrina de la última reforma laboral del Gobierno.

La principal premisa de un acuerdo amplio sobre empleo que destaca Méndez es que los empresarios deben ser consecuentes y no desvirtuar la utilidad de los diferentes tipos de trabajo, de manera que a una actividad temporal corresponda un contrato temporal y a una actividad estable un contrato estable.