"La situación en Melilla nos suscita luces y sombras", señaló Moreno. "Luces porque la presencia de un alcalde musulmán como representante de l ciudad de Melilla es una rasgo positivo dentro de la normalidad democrática y de la participación en las instituciones de las minorías existentes en nuestro país".

Sin embargo, añadió, la sombra es que sea apoyado precisamente por el partido del GIL. "Es una contradicción que el presidente sea un musulmán aupado al poder por un partido que tiene unos rasgos xenófobos claros, discriminatorios e incluso racistas, en su discurso y en su planteamiento político. No podemos entender cómo es posible este pato contra natura", aseveró.

Ante esta situación, el portavoz de SOS Racismo señaló que su organización se mantendrá expectante para ver cómo se va a plasmar políticamente esta vinculación del GIL con la alcaldía en el tratamiento del problema de la inmigración, de la expulsión de niños menores de edad y otros asuntos.

"Estaremos muy atentos y exigiremos la responsabilidad de los partidos políticos estatales que, por su dejación de la problemática específica de Ceuta y Melilla, han facilitado que eterminadas posturas se radicalicen dando lugar a que se voten a partidos como el GIL en estas ciudades", concluyó.