Esta es la primera vez que un estudio científico sugiere que la meditación puede ayudar a una persona a educir la arteriosclerosis sin cambios en la dieta y sin hacer ejercicio.

Los investigadores, dirigidos por el doctor Robert Schneider, explican en la investigación, publicada en la revista "Stroke", que el propio organismo posee mecanismos de reparación y sus efectos sobre las neuronas y parte del sistema nervioso pueden ralentizar la aparición de una enfermedad coronaria.

La técnica consiste en utilizar un sonido específico o "vehículo mental" que emplea la persona para experimentar estados de ensamiento más relajados. Este método no requiere esfuerzos ni concentración, ya que se realiza de forma natural.

En el estudio, realizado a unas 60 personas hipertensas, los pacientes que meditaban presentaban un descenso en el endurecimiento de las paredes arteriales de 0.098 mm, mientras que en el resto había aumentado en 0.054 mm. Un descenso de 0.1 mm indica que el riesgo de infarto ha bajado en un 11% y entre un 7,7% y un 15% la probabilidad de padecer una embolia.